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“HOY TE DIGO”
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Nunca te dije y lo sé
lo mucho que yo te quiero,
-¡Mujer!-...quizá nunca supe
envolver mi sentimiento,
envolverlo en papel rosa
con un aroma de espliego,
bordándole un lazo blanco
que representa el deseo,
el anhelo y las caricias
del amor que llevo dentro.
Hoy te cubre mi romance
de letras que son de fuego,
de rimas como tus ojos
color miel, en estos versos
que llevan con este ritmo,
tus lunares por acentos.
Y siento que va vibrando,
Igual que vibra tu pecho
y respira y se emociona,
al sabor de releerlo.
Saco el valor no sé cómo,
es un valor que no tengo,
que no me atrevo a exhibir,
cuando a tu boca me enfrento.
Nunca te dije y lo sé,
lo mucho que yo te quiero.
¿Cuándo seré tu poeta,
poeta exento de miedo?...
que loco espera bañarte
con aroma a limonero,
a limonero de tu huerta
verde y clara como el cielo
que colorea tu rostro
y entinta tu pelo negro.
Te canto que la semilla,
que yo planté en su momento,
hoy son dos racimos de uvas
de azúcar, que ya crecieron,
madurando en la alegría,
que me clavan tus silencios,
maduraron en tu vientre
y en tu ombligo que es lindero,
lindero que es mi destino,
lindero que yo cortejo.
Soy cobarde si lo abrazo,
soy cobarde y no me atrevo,
a besarlo con las ansias,
con que se besan tus besos,
aromados con aromas,
aromas de sacro incienso,
que se adhiere como la hiedra,
al sagrado monumento,
que para mí se presenta
cada noche como un sueño,
en mi fría cama y solo,
tu plantel y semillero,
ese plantel que va en tu alma
y el semillero en tu cuerpo.
Vida mía hoy yo te pido,
perdón si no tuve arrestos,
de decirte el otro día,
que me mata el sentimiento,
el volcán que está en capilla
de explotar si no te tengo.
Vacía queda mi cárcel
y libre queda este preso,
ya he dicho lo que debía,
te susurré mi gorjeo,
es mi trino enamorado,
mi valiente son flamenco,
que en estas rimas entono,
porque si no...yo reviento.
Eres la sal de mi vida,
eres mi vida y salero.
Hoy mi niña no me importa,
si estoy vivo, si estoy muerto,
pues ya te dije amor mío,
que tu risa es mi alimento,
que el vivir sin ti, ya es nada,
que sin ti me estoy muriendo.
Nunca podrás ya decir,
que mi amor fue aquel secreto,
que a la tumba me llevé,
con cobardía y tormento.
Aquí te dejo mujer,
la fruta de tu bravo huerto,
un romance en rosas blancas,
tu romance y mi lamento.
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Carles C. 20/X/2013