Murialdo Chicaiza

DOMINGO

Un sorbo de libertad

que traspasa la garganta.

Un sol oblicuo y esférico

que arroja su sombra a los aires,

un regreso al útero

a la tibieza de los besos.

Un abrazo a la pereza

un hálito de la vida y la muerte

por los ojos azules del cielo

por la ranura por donde miro

un mundo sin tiempos

un mundo sin urgencias

como los paraísos que soñamos

cuando estamos a punto

de darnos por vencidos.

Pero la serpiente espera

para enrollarnos por la cabeza.