No es una pena la que tiene vuelto loco mi corazón
es una ansiedad incontrolable que enardece mis mejillas y mi sexo
tratando no de recordar, me confundo con sentimientos,
y recordando solo tengo un deseo... de estar en los brazos de ese caballero...
Una maldición me consume por dentro,
Un fuego que quema mis senos,
mi vulva busca su alimento, más no quiere una imitación
quiere lo que el caballero tiene entre las piernas
!oh dulce y salvaje caballero¡... así comienza mis rezos en la luna llena
¡ven y sé para mi de nuevo, cogiendome hasta que nuestros cuerpos no tengan aliento¡
Más mis suplicas no escucharás, eres sordo a mis rezos...
mientras ardo en deseos de ti, solo de ti...