Peregrina

ENCIERRO

 

 

Son las tres de la mañana

y con gran desasosiego

el insomnio me levanta.

 

La penumbra de mi estancia

se asemeja a la de mi alma 

en congoja por la infamia.

 

El encierro tras barrotes

invisibles, mas temibles,

que apretujan a la distancia

 

en sensible desazón,

trastocado el corazón

desmoronado hasta la nada...