Si pudiese encontrar el amor de nuevo
Y sentir el latir de sus virginales nervios
Volvería a ser feliz, aunque viva el duelo,
De la casa donde viven, mis misterios...
Amor nulo, pasión que se esfumó con el viento,
De dónde no hay, no se puede sacar el cielo,
De la ternura y su placer más sentido y violento,
Abrasarme en la llama que me queme, en otro tiempo...
Ya es tarde, mi enfermedad y mi propio miedo,
Se esconden en el desván que habita, en mi cuerpo,
Besar con divino y dulce deseo y ser correspondido,
Eso sería el clímax de lo que busca, la brisa de mi campo...
Tengo cincuenta y nueve años y me siento perdido,
Dentro de una enfermedad, que atropella mi ego
¿A dónde voy si me escondo detrás de mí pestillo?
Puerta donde se encierra, todo mi insomnio y miedo...
Tuve mil amores, sentí que mi tierra era, un sensual cielo,
La Cima del amor es el abrigo del mejor verano, e invierno,
Pero ahora que pudiese tenerlo todo, vivo mi triste desconsuelo
Y mis sentidos me preguntan a ¿A dónde vas ahora, Modesto?...
¿Quién te va a querer, en la vejez de tu dolor, en tu infierno?
Aunque vea en mis paseos musas, que animan mi celo,
Seguiré soñando que amo y soy amado, sin hechas el freno,
Aunque sería feliz, si encontrara el amor sensual, de nuevo.
Modesto Ruiz Martínez/domingo, 20 de octubre de 2013 Enviado desde mi iPad