Decanto mi orgullo
Ante la presencia
Del dolor que te agobia
Y encorvo mi alma
Ante la angustia
Que hoy azota Tu realidad
Dios es el único
Que conoce
La inclinación
De mi amor ante ti.
Me esquino ante las sombras
Y Veo la Luz,
Encendida en la esperanza
De un amor, que abandona
Su Propia intensidad
Para refugiarse en los lamentos
De una búsqueda infructuosa
Fútil e innoble