Asómate a mi alma,
¡En-ciérrala! ¡Empújala! ¡Rásgala!
Que tus lagrimas sean
goteras, vertidas en su plenitud.
Asómate a mi alma,
y asesina los futuros versos a tu destino,
ahoga sus emociones,
y jamas te atrevas a retractarte.
Pero si tu desidia es falsa,
y solo le tienes miedo al vacío de la noche,
debes asomarte a mi alma,
porque la noche reciproca
se planta, conforme a tu lejanía.