Agradezco el milagro de tu cuerpo como melodía que deciende tus praderas.
¿Me pregunto si los arboles se inclinarán ante ti para admirar tu belleza arrojando a tus pies su solemnidad?
¡No lo creo, los arboles no se humillan ante nadie!
¡Eres mujer!
Como la negrura de la noche; pero soberbia y altanera como ninguna.
Erguida sobre tus atributos proclamas tu divinidad al mundo mediante dulces pregones, equiparandote con la aurora; orgullosa en sobre manera de tus dotes.
¡Baja de tu pedestal princesa!
Aunque eres reina no hay cabida para ti eentre los angeles; tu puesto esta entre los mortales aunque tus infulas esten por encima.
No me mires así mi linda, yo solo soy tu poeta (No tu jueguete y mucho menos tu mendigo)