Si al besarte, unas tenues lágrimas
se volcaran en mis labios, no las seques
déjalas salir, son gotas claras, simiente
que a mi alma, dan calma;
con ellas te deseo decir, eres para mí, el
motivo, mi razón de vivir y como abono
con ellas alimentar, las que viven en este
jardín, donde, el manantial refleja el perfil
de tu cara infantil, admitiendo mi amor
lo que siente hacia ti, sellando un te quiero
al mirar tus luceros, que mis sentimientos
más tiernos, hacen mi corazón, más rápido
latir, hoy las tengo guardadas, dentro de mí
las poseo acumuladas, en un pañuelo
con sabor a ti, que cuando no te siento
me acerco, a los labios y tu aroma en él
lo puedo percibir.