Indómito, el amor del alma mía
Penetra sutilmente tus sentidos,
Versando sus pasiones, en rugidos,
Comiéndote la carne, cual jauría
Se infesta de placer la valentía
Y dicta impuras frases, en oídos,
Se crean fuertes actos, indebidos
En una histeria burda de energía
La alcoba cruje tosca, en osadía
Ahumándose, entre sábanas candentes
Con un jadeo obsceno de mi hombría…
Tú aprietas dulce labio con tus dientes,
Y yo te venzo en brusca hegemonía,
Entrando en tus terrenos complacientes…