Llegaste con las sombras de la noche
y desnudaste mi alma en sueños prohibidos,
resucitando el río que en mi pecho
quería desbordarse en desvaríos,
llenando mi piel de mil caricias
con voces susurrantes de cariño.
Y ahora aquí estoy, ahogando los silencios,
gritando las ausencias, sin sentido,
llenando los pañuelos de recuerdos,
porque sé que tu amor es como el mío.