La margarita deshojando
en tan atrevida encuesta
al inquirir su respuesta...
van mis labios enamorados.
Oscilante, trémulo tallo
en delatadora osadía
disminuyendo las pistas,
la corola va menguando.
“Me quiere, no me quiere,” indago
de mi alma ten piedad, margarita,
que por su amor mi alma agita
y yo anhelo gozar a su lado.
Y, sigo aquí aún deshojando
a la renuente flor furtiva
“¡dí que sí, que no es mentira,
que mi amor me sigue amando!”
Copyright© 2013 Rocío Vega-Ponce