Ya de nada más debo quejarme.
Ya definitivamente todo
tengo que aceptarlo,
tal cual me sirve los condimentos
de la vida, el destino.
Condimentos... me salió esta terminología...
creo no está mal.
Y si lo estuviese, es mi expresión,
de la que me hago cargo.
Sé que tú sabrás comprenderme.
Tú siempre me comprendes.
Siempre aceptas.
Eres el personaje ideal,
en este escenario de la vida.
Hay personajes y personajes.
Están los malos, y están los buenos.
Tú perteneces a éstos últimos.
Por suerte...para mí.
Y para los que te rodean en tu existencia.
Yo,el que últimamente,
ya no cree en nada, ni en nadie.
Pero en esta vida,
en algo o en alguien hay que creer.
Sí, en alguien siempre
hay que creer en esta vida
tan repleta de conflictos,
de problemas, de robos y asesinatos,
de inflación, de mezquindad,
de no saber a quién elegir...
para que nos sintamos orgullosos
de nuestro país...
pero... tema aparte éste...
llegan las próximas elecciones...
veré qué sucede, aunque yo
en nadie de ellos creo.
Pero en alguien debo creer...
En el amor, por ejemplo...
cuando el amor no traiciona, creo...
cuando es indiferente, lo acepto...
cuando se me entrega en cuerpo
y alma soy feliz... aunque sólo tenga
que vivir los momentos del placer..
Amo la libertad.
No deseo ser un pájaro enjaulado.
Pero, te tengo a ti Jesús...
Tú vives en mi ser, en mi alma...
Ya de nada más debo quejarme.
Tú me comprendes, Señor...
Amén.
Derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto - 22/10/2013)