El Camino se abría a sus pasos
era un camino de espinas y piedras
y aunque iba con pies descalzos
no quiso detenerse siquiera.
Arrastraba sus cansadas plantas;
sus dedos adoloridos y rotos,
indicaban seguir la marcha
en ese camino y no en otro,
Eran sus descalzos pies
su inspiración divina,
esa es la manifestación de fe
de todo aquel que camina.
Aunque vayas descalzo
sigue , sigue adelante
que yo en el camino te alcanzo
y así seremos dos caminantes.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo Venezuela