Hay una cama que espera
a dos cuerpos deseosos
de convertirse en hoguera
porque son cuerpos fogosos,
ardientes de la pasión
que sus corazones siente,
pues tienen la sensación
de que una llama reciente
los volverá a encender
para arder en la locura,
en un nuevo amanecer,
lleno de mucha frescura
que los haga disfrutar,
del amor, sin sortilegio,
para que puedan estar
alegres por el arpegio
de sonidos armoniosos
que les llegan con dulzura,
tan suaves y melodiosos
como la miel dulce y pura
que endulza los corazones
de dos seres que se adoran
porque tienen sus razones,
sus sentimientos afloran,
para quererse y amarse
con transparencia y verdad,
por eso el amor se esparce
con dulzura y suavidad.
Vero
06.03.11