Sueño con encanto
El sueño que me hizo ver
la necesidad
impetuosa de que seas parte de mi,
sucedió la noche fría de ayer.
Tal visión me resultó tan cierta,
que desperté delirante por la miel
que desbordaron tus senos de ensueño
hacia mis labios
de amante incesante.
En esa misma
gozosa ilusión,
probé cada célula
que hay en tu libido
y en la floreciente astral
de tu intimidad.
Nuestras secreciones se entremezclaron,
nuestros cuerpos se hicieron uno mismo,
nuestra capricho sexual
lo desleímos
y a través de una excéntrica nube añil
viajamos al lugar “Lujuria
Sin Fin”,
donde fui siervo de tu encanto
ficticio.
Adán A.