Te busco...y te encuentro
en los mejores momentos,
te pienso y evitar no puedo
que retoñen mis recuerdos,
cuando te adulaba dulcemente
con los versos más suntuosos
y podía sentir tu cálida presencia,
aún en tu fría ausencia.
Te veo en el arrogante vuelo
de una paloma blanca de ensueño
y sueño con la fúlgida mirada
que emana de tus ojos bellos,
seductores como los colores
albicelestes del cielo
viendo que es imposible contigo,
la indiferencia...
Te percibo en el leve calor
del dorado y naciente sol
y te huelo en la refinada fragancia
de una inmaculada flor;
me imagino un emotivo beso
de tus labios rojos
y que mi sangre hierve
y corre con impaciencia...
Te guardo...como un tesoro
de gran valor
en lo más profundo
de mi corazón,
al que siento en mi pecho
latir presuroso
y que me abre una ganas intensas
de gritar tu nombre, con insistencia...
Te oigo en el susurro
constante del viento,
que murmuras mi nombre
con apasionamiento,
puedo sentir que te amo sin exigencias
y que te amaré durante toda mi existencia.
Te busco...pero a veces no te encuentro,
con desesperación, deseo el reencuentro...
Adolfo César (NAZARENO)