(Dirección General De Ingresos, 1986)
Aquel juego de tus manos con la hierba,
y tu mirada esquiva de aquellos días.
Los minutos que pasábamos hablando en silencio.
Aprendiendo a sentir la parte intocable de nuestras vidas.
Aprendiendo a sentir con la piel del otro.
Y tus manos en mis manos confundidas...
entrelazadas, formando ataduras voluntarias.
Recuerdo todo eso que no quieres recordar,
porque te hiere, te lastima.
Yo no temo al dolor ni a tu recuerdo.
Por eso en mi memoria eso está, en mi sentir eso está.