El viento mese despacio a las bailarinas cortinas
que parecen parpadear con el aire, pensándote.
Es la hora
y yo sentado en un segundo en un coma profundo
que obstinado y aburrido se a detenido,
es la hora y yo ya no me encuentro ningún sentido.
Debería culparte, maldecir el instante en que te he topado
por las filas de mi calle, levantarme y hacer mi vida,
pero me siento errante, y de estas aguas un mal marino.
La luz de la tarde parece intentar arrullarme,
me pesa el sueño y entonces me pienso acostado contigo.
Este segundo que se ha detenido me cuenta historias
de mil años perdidos, mil historias como esta que escribo
que han terminado en la arena del tiempo
en una ola de golpe corriente y halladas en el olvido.
Las cortinas se mesen y yo despierto solo conmigo
le han llamado saudade los poetas que también le han dolido,
es solo este instante, este segundo que se ha levantado y ha partido.