Al caer el tiempo
La soledad se agiganta
Y penetra entre
Las abismales grietas
De una esperanza fantasmal
La noche se hace eterna
Con su permanente peregrinar
En la claridad del insomnio
El sueño se torna inalcanzable
Cabalgando en las crines caprichosas
De una evocación intranquila
Se desboca en el orgullo
Y se apoya en su propia soledad.
Como trinchera ineludible