Alejandrina

ARTESANO ANĂ“NIMO

 

Al sur de un pueblito llamado Quitratúe

por una senda empedrada que asciende

mirando hacía el nevado volcán Villarrica.

Regreso a mi huerto y a los copos en flor,

sacio mi nostalgia en la nata del cerezo

abrigo mi pasado en un vellón ausente.

 

Y entre los versos de un vals antiguo

te encuentro viejo lindo, amarrando

las sombras del castaño con los tientos de cuero

sometidos a la voluntad de  tus manos

preámbulo de aperos y finos

lazos trenzados con ocho hebras .

 

A tus espaldas el  rastrojo de centeno ,

un éxodo de oscuras mariposas

un temblor de piedad sacude hambrientas semillas

sobre sueños rotos y el llanto del suelo empobrecido.

Campesino y artesano anónimo,

desarmado como rey sin corona.

 

No sé, pero a estas horas de sol intenso

siento que la luz está mojada

y corre amarga por mi rostro. .

¿Por qué nunca  te pedí  que me enseñaras a trenzar?

guardaría el arte de tus manos,

y ahora  no sé que hacer para que no me duelas,

hombre humilde y viejo pellín

de  la argamasa edificación de mis huesos,

 

Abrazare los retratos y el árbol seco,

desde que te fuiste padre mío

la vivienda  es  una versión del desierto

una triste biografía del abandono.

 

Alejandrina.