La dicha de vivir en paz con tus amigos,
El gozo de sentirnos por ellos protegido;
Los sueños compartir, seguir por el camino
Con grata compañía, buen vino y cigarrillos;
Es casi cual Edén, manantial tan tranquilo,
Donde las horas pasan: ¡Embriagante delirio!
En mítico paisaje, con el candor de un niño,
Que juega y se sonríe en un campo tan florido;
Escuchar bellos cantos, los cuerpos encendidos
Mover pausadamente o con rápidos ritmos;
A veces me pregunto si todavía vivo;
O tal vez en la gloria estoy al fin contigo;
Pues bella melodía me aviva los sentidos,
En delicioso sueño, entre brazos de armiño,
Doradas cabelleras; joviales y sencillos,
Semejantes a dioses, contemplo a mis amigos…