BryanGomez

Antes de, despuès de.

Día tras día,
se coloca una mariposa sobre nuestra cera,
nos derretimos de melancolía,
sin volar en el aire que después nos espera.

No sabemos a donde vamos,
solo nos acomedimos a varios platos,
a una sala, un árbol brillante, una mesa
y quemamos el momento con timida tristeza.

Sería bueno colgarnos
entre ese árbol y el ambiente,
sin derramarnos
en la superficial existencia y cobardemente.

Luego o más bien después
nos quedaria la fria risa, sobre la piel
y el alma en otro cuerpo timido,
esperando un beso de lejos que no sea livido.

 

 

 


 

 

 

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