Se acercan mujer
tiempos de definiciones
entre tú y yo,
¡hay tanto de ti para
siempre en mi piel!,
¡tanto en mi tinta de tus besos!,
tú toda en mí.
El instante del amor es una espada
en mis sueños, es un leño que se
erige en la rutina del reloj,
un rostro que me mira desde los
espejos, un deseo fugaz, suave y eterno,
como si estar dentro de ti sea esperarte,
como si aguardar por ti sea un
extraño ocaso justo antes,
antes del viento siempre viento,
y mis manos imaginando tus manos por todo en mí.
Se acerca el abismo como quien mira por
primera vez, el ir y venir del camino,
el puro amante que siempre nos ha robado
los momentos, el despojarnos de las ropas en un
acto tan íntimo que sólo traducible por las bocas,
tan sólo deformado por las sombras
al otro lado del muro,
y cuando no quede nada en la noche y
ninguna estrella, morirme contigo,
mirando el horizonte unidas las manos, naciendo contigo,
quedando hombre y mujer y su alma
en desgarro constante,
para ser incesante el tiempo,
para converger en secretos de días y noches infinitos,
y todas las cosas como un lento tapiz,
batallando en la sangre lenta de los colores, ...
¡y me desperté contigo dejando de ser reflejo!
Tu peso y tu fragancia te hicieron real,
fuiste la alquimia de la que siempre está,
la jóven flor de la dócil cerradura,
la ternura que me queda cuando es inolvidable el olvido,
y te besé como se abre la verja de un jardín,
frecuente de miradas sin mentir privilegios,
la curiosa experiencia de ser para siempre, sin haber sido,
el espacio que pregunta por el azar temiendo la respuesta,
¡hay tanto de ti para
siempre en mi piel!,
para todo hay un término,
¡para siempre eres TÚ!
T de S
MRGC
Namaste