En primaveras y veranos
tanto tiempo he anhelado
murmurar, voz tierna, niña
en mis oídos susurrando.
Y, llegará a la aurora
ya los prados irrigan semilla
como esas bellas florecitas
de esperanza e inocencia
su sonrisa rebozando.
En su camino estaré, perenne,
regando y abonando su vía
en su viso vá volando,
ya escucho sus alas crías.
Preparando los tejados
que en su destino avistan
esperaré, el alba espía...
¡Su alma al mundo arribando!
Copyright© 2013 Rocío Vega-Ponce