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235. CUANDO EL BESO SE INTIMA EN LA FRESCURA

Entretanto no hay antes…  

Vuélcale su cordura la natura.

Encuentra la flor y cada pétalo

es el reflejo que su amante cultiva.

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Un designio virtuoso…

No ostentoso…

Un invertido corazón carnoso…  

Un delirio de ocasión…

.

Un corazón de pétalos sedosos

en pliegues de ardiente colorido…

de cada pétalo vivo y vívido color

su dimensión real ensancha

al asombrado visitante

que a través del manto de cristal

descubre un precipicio en perlada forma.

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Descifra su frescura tras la bruma…

de adormecidos pétalos vibrantes.

Sonrojan su faz con respirar cercano,

recorre “la sinhueso” embebida

en cálida saliva

y lame jugosos humedales…

.

… Bebe su aroma delicada

y estalla el silencio en mil gemidos

porque unos labios sensuales sonrosados

en su boca carnosa se entreabren,

sustraen del rosa corazón

cada pétalo encarnado

para beber un beso del botón

que se esconde presuroso

por la respuesta ansiosa de su amada.

.

Sus labios rosa perduran entreabiertos

en la abertura subyugante de su carnosa boca

y succionan la vida, el cristal, la perla única

que corona natura que se muestra…

para  vivir la agonía en la intimidad del beso

que se prodigan amantes en la ocasión

de la frescura de la humedad de las bocas

que juegan cálidas, perladas,

sonrojadas y carnosas…  

 .

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