No, ya no voy a disuadirte
de tu necesidad de
cerrar nuestro capítulo,
es lo que tú has por
los dos escogido,
en nombre de la razón
o de la incomprensión,
mejor dicho.
Has decidido
borrarme de tu camino
y yo me quedo llorando
en el fondo de un abismo,
no tengo donde dirigir mis pasos,
por tu orgullo
y mi incapacidad de olvido.
Mucho tiempo ha pasado
respetando tu elección,
con mi sufrimiento escondido.
No intervengo si vives mejor
borrándome de tu corazón.
Si no me entiendes
para qué voy a explicarme,
eres lo bastante inteligente
y mejor que yo lo sabes.
No me mires si me ves andando
con la tristeza dibujada en los labios,
pues nunca te dejé de querer,
tan sólo dejé
de quererte convencer.