editora

No pueden seguirnos el ritmo, no repetimos

Lo que digan no importa nada,

no intentamos conformarnos, caber en una caja.

Hoy mismo nos vamos, dejaremos esta ciudad de moda,

la copia falsa y desteñida de nuestros harapos;

que sigan si quieren el rastro que deja

el paso compasivo de nuestra sombra alada.

 

No pueden seguirnos el ritmo, no repetimos,

nuestras noches y sus días no se dan la mano,

emergemos sin tradición, sin deuda, sin compromiso;

sus instrumentos mecánicos, miopes, inciertos y relativos,

solo detectan un trozo difuso de la huella de nuestro camino.

 

Estamos vivos y no lo comprenden, será que no saben que es eso,

no se sabe nada de nosotros, bebemos de lo desconocido.

Nos amamos, no hay necesidad ni posibilidad de contarnos;

aquí la aritmética es ciencia ficción, confusión de un crío

que intenta poner orden entre los dedos de su mano.

 

Y aunque se empleen ahora palabras, ideas o conceptos,

no hay uno más uno, no somos uno, ni dos,

no somos plural ni singular, ni la media de ambos,

no somos distintos y bien mirado, ni siquiera somos;

libres, por la existencia misma no nos condicionamos,

rebeldes ante la identificación con los residuos del pasado.

 

Lo que digan no importa nada,

no somos líderes o maestros, discípulos o esclavos;

hablan y suena un ruido inmundo, golpes de un mazo.

Oyes? Nos describen como es el mundo, nuestro mundo,

a partir de lo que han pensado; que descaro sin límites,

pobres diablos, pretender hacer de nuestra vida sin precio,

una parte de su tierra quemada, la horma de su fracaso.

 

 

\"Treinta y tantos poemas de amor en el espacio en blanco\" de Ulises O.F