Sara (Bar literario)

A modo de reflexión

[Y a mí que solo se me ocurre, cortarle las alas a las mariposas, pegarlas en mi vientre y decir que estoy enamorada...]

 

Ellos bailan, cantan, se entregan, a un rito de fe para sentir el verdadero amor. Lo hacen con la convicción de escuchar en el otro, el miedo convertido en plegaria, la incredulidad sanada con el diezmo, el sufrimiento ofrecido en la genuflexión del que acepta, la mortalidad de un segundo.

 

Polvo eres, en polvo te convertirás.

 

El polvo se hace carne y en un coro de piedras apuntan hacia su propio designio.

Quiénes somos cuándo amamos a la hostia y nos alimentamos del cuerpo de Cristo? 

 

Dónde está el gozo del alma que se libera en el bienaventurado deleite de la omisión del recato?

Dónde estamos al golpear la lengua en un credo que se deshace en la barca del vecino? Si él tiene sus canastas llenas de peces y vino: por qué no alabamos el milagro de Dios recompensando al prójimo que tanto ha sufrido?

 

Polvo que busca su mar, playa que pierde su isla

 

Dónde estamos?

 Ellos cantan, se duelen y lloran. Aman. Solo aman. Yo los escucho y convierto mi sed en cantimplora del que busca en el vacío, lo que en ellos, en comunión, han llenado.

 

Por qué se despueblan al salir del templo. Por qué deshabitan la lágrima que con tanto gozo, junto a los otros, han llorado?

 Dónde estamos?

 

Y el Señor dijo: que la palabra se haga duda y que habite entre nosotros....