Mis manos moldearon
su greda morena
dejando grabada
en capas de seda,
su piel delicada
sus besos de arena.
Las mía en tus hombros
bajando hasta el pecho
donde el viento detuvo
mis sueños en celos
en esos montes pulidos
esos suaves senos
En su palpitar
recorro ese cielo
con dos estrellas
como dos luceros
llenando de luz
todos mis recuerdos