En los momentos que aun sonreía
Pude clamar un tenue deceso,
Que paralizó la inocencia
A un valiente ser en proceso.
El llanto despertó el corazón
Al ver una maestra en descanso,
Esperando la gloria divina
Como todo ángel en remanso.
Fue oportuno el doloroso trance
Amar palabras con educación,
Como guía de la inteligencia
En discípulos la superación.
Los instantes de incertidumbre
Confesaron el bien espiritual,
Para quien aplaudió la misión
La obediencia, alma magistral.
Al presente tu mente consagra
Un ligero nombre en comunión,
Y que Jesús te siga guardando
Entre los ángeles en bendición.
Autor: José Isaac Ventura Abril.