Mi seguridad a tientas,
mi rostro de cenizas,
mi sonrisa que opaca los miedos,
lo común de ser un hombre,
el consuelo de amarte así,
la distancia sin horarios,
la noche, mi cómplice siempre,
mi reloj, para llegar tarde,
y mis hombros, cuando no estés conmigo
y te sientas sola en el aire,
\"mis párpados no piensan ahora en el tiempo,
ahora que sólo existe mi cuerpo desnudo
y quisiera que te quedes conmigo
hasta el alba, y yo te regalo este poema que tal vez
alguna, deje de ser mío\".
¿Quién eres?,
¡te presiento tan cerca,
te miro tan lejos,
te toco las manos con mis silencios,
y me arrimo a tu amor!, ¿quién lo hubiera dicho?,
y yo te regalo,
el instante que vences cuando preguntas quien soy,
y vuelas palomamente entre los espejos,
y tienes los ojos abiertos porque has venido
a buscarte en mí, y te regalo mi piel hasta mi alma,
porque soy tuyo aunque todavía no he llegado,
porque te miro doquiera mejor tu boca,
porque me provoca amarte hasta las heridas,
y yo te regalo mi sencillez,
lo simple de ser poesía,
el reclamo de llorar,
las ganas de este parque o aquella flor,
y el madero que los rayos de luna castigan sin piedad,
y yo te regalo una migaja de amor en la sangre,
una sola gota de tinta que sea un amor
bisagra en tus sueños,
un cielo de una palabra,
un beso de utopía, en síntesis \"un yo te diría\",
que mi amor en ti hace escala,
que tú eres mi mayor osadía,
como una ventana abierta a un nuevo árbol y su brisa,
que entre tú y yo rebosa la calma cotidiana,
y yo te regalo mis ojos,
¡no tienes más remedio que mirarme así!
T de S
MRGC
Namaste