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Nada, es el silencio de la noche
Almas, ángeles dormidos.
Otra estrella en el cielo nocturno.
Mirando sin mirar un perpetuo vacío,
Intrincado juego de líneas imaginarias.
Promesas como susurros
Es la brisa de sus labios
Resonando en los oídos
Es sentido en el alma.
Y como constelación se consagra
Rebuscada, imaginaria
Así el amor, constelación extraña.