Un poco de amor, para pasarme de un trago esta vida.
Un poco de sangre, para sedar las voces de mi cabeza.
Un poco de psicodelia, para que el alma no enloquezca.
Un respiro de amor. Pues se cuenta, es de esas cosas.
Sin las que no se puede vivir.
Un sorbo de sangre. Tibia, viva que acaricia y satisface a la bestia.
Que la duerme hasta la siguiente luna sangrienta.
Un vaso de psicodelia. Así mezclo mis sentidos, escapar un instante.
Y disfrazarme de un hombre falso y distante.