Donaciano Bueno

A mi hermano Carlos-In memoriam

Puntual como cada día a las cuatro de la tarde
te has acercado al bar a echarte la partida
al “subastao”, tu distracción después de la comida
de cuyo dominio, como yo, hacíamos alarde.


Formabas parte de la generación de la peseta,
y el euro modificó tus hábitos de juego
por el tute o el mus, sólo si yo iba al pueblo
mantenías hacia mí una deferencia.


Hoy te habrás tomado tu correspondiente “carajillo”
y habrás soñado con fumarte un “faria”.
Ten cuidado con Manolo, que es un pillo,
que ha echado más de ciento veinte y que no canta.


Pero hoy al terminar ya no podrás,
si alguien te pregunta ¿qué tal, cómo te ha ido?
Contestar…en paz…en paz…,
porque hoy la partida la has perdido.


Ya no podremos bajar a la bodega
con un trozo de pan a echar un trago,
Al volver del cementerio la he mirado
y he visto llorar a la cercera.


Y las chuletas, ¿quién sembrará la sal en la parrilla
con la destrez que tu sabías hacerlo?
Ahora Angel se echará una cancioncilla
y esperando tu réplica nos quedaremos en silencio.


Y tu nieta, aquella que te devolvió a la edad del niño,
quién le responderá, cuando se entere,
dónde está mi yayo, donde se ha ido,
por qué no viene a verme?


Hoy este breve verso escribo
pretendiendo reflejar bien tu semblanza
como un medio de antídoto al olvido
mientras se me hace un nudo en la garganta.