Ayúdame mi Dios a no quererla,
Es un amor prohibido, es una pena
Es un castigo, es eterna condena
Por no alcanzarla y no lograr tenerla,
Sé que no debo pero quiero verla
Sentir su piel aunque me sea ajena
Rosar sus labios que mi alma está plena
Para idealizar que puedo tenerla;
Pero es inútil todo es un engaño,
Todo es vana ilusión, es vano sueño;
Es voz del Creador, es un regaño
A mi pobre voluntad de un pequeño:
Mas no me importa la crueldad del daño
Renuncio a la gloria… por ser su dueño…