Justicia replica el alma, pero la indiferencia habla en silencio, aparenta calma que otorga una respuesta sin sentido, el amor se siente molesto, y esto causa un malestar entendido, sufrido sin fuerzas se pierde el intento, pero el motivo es válido para dar ese estar tazo de encendido, se quedan en silencio, y la mente responde con un motivo, la lagrima se asoma en el ojo, y la risa se borra del rostro conmovido, un espasmo golpea el corazón, y un shock prende el motor, el recuerdo se rebobina en la mente, y le devuelve el sentido al alma, esta llama y contesta, es un golpe de locura, pero la sed se calma con un te quiero, morir no está en el texto, que por el contrario vive a mas latidos, corre y abraza, las palabras atrasadas avanzan, de nuevo aquí, he revivido y es porque DIOS así lo ha querido.
29/10/2013
José Díaz
“La esperanza nunca se pierde”