Esta mañana, al despertar
estabas ahí decorando la cama
con tu figura maravillosa,
con tu piel de rosa
sin más vestido que
mis ansias.
Quise decirte, AMOR,
pero nu fuí capaz,
pues me he dado cuenta
que podemos vivir
sin ese amor conyugal.
Entonces susurré...
\"VIDA\"
quedo, muy quedito,
a tu oído
y sonreiste aún dormida
y es que sencillamente
te convertiste en eso.