PENAS (2 de noviembre)
Esas penas que un día entristecieron,
la partida de seres muy queridos,
se apagó el vigor de esas vidas
y quedaron sus cenizas en recuerdo.
Esa pena que amarga nuestra vida,
las miradas que se fueron no se, a dónde,
ese vacio que se siente en el alma
impotencia de aceptar lo sucedido.
Pasa el tiempo, y el dolor que va cediendo,
tu aceptas, y das razón a esta vida,
que nadie es inmortal aunque te apene, y
que las penas del alma no se olvidan.
¡Ay dolor, que tu fueras nuestro aliado,
para no sentir esta amargura.
Esas huellas que quedaron de constancia,
de un largo caminar por esta vida.