Soy un pálido reflejo de mi tiempo
Vivo en el sendero de la esperanza
Consumo los humos de los sueños
Y hospedo ilusiones de añoranzas
Me consumo en un cielo e ilusiones
De travesías y sueños no logrados
Tránsito las rutas sin rencores
Me acojo al destino inacentuado
El gran arquitecto del universo
Siembra las aristas perfectas
De mi real crecimiento
En la cuadratura de un perfecto
Indescriptible cuadrado y singular círculo
Que en el compás de rutinarios actos
Señala la trascendencia de símbolos
Y marca la magnitud de mis pasos
Tránsito en mi propio camino
Sin arrogancias, sin equipajes
Con las marcas de un destino
Cuyos soportes son sus bases.