Mintiendo a las paredes,
deseando que sean borrados los recuerdos,
añorando noches entre las sábanas perdidas,
besándole a la brisa de la soledad.
Mintiendo a las paredes,
pintadas a pinceladas de alegría,
al son del vals de los abandonados,
bailándolo con los pinceles mientras dibujan un corazón.
Mintiendo a las paredes,
contándole las olvidadas falsas alegrías,
abducidas en las noches de fraudulentos besos,
añorados en tantas noches de bohemia.
Mintiéndole a las paredes,
añorando el cuadro del mejor día,
cuando dos novios se convertían en adultos,
brindando con dos copas rotas por el caliente champán.