Me dices que te vas...¡lo estoy esperando!,
tal vez se nos acabó el encanto,
también quiero pensar, que estoy soñando
que nuestro problema no es para tanto.
Pero si después de las explicaciones
sabemos que nuestras ilusiones fueron vanas,
no valdrán ni palabras ni razones
y puede ser que de eso te ufanas.
No lo lamentará el que deberá quedarse,
ni se jactará el que tendrá que irse,
¡sencillo!...no se dió, y a resignarse.
La vida no se acaba por algo baladí,
-a todo habrá que acostumbrarse-
porqué ni tu ganas...ni yo perdí.
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Oct.30/13