¡Oh patios amplios y orondos!
patios limpios, recoletos,
repletos de cantes hondos,
de mil misterios repletos.
Patios de añil perfumados,
policromía de olores,
sinfonía de colores,
por los pinceles pintados.
Patios llenos de hermosura,
muy pocas veces discretos,
impresos de mil texturas,
teneis todos mis respetos.
Sois jardines de frescura
en los que el agua insistente
repica desde una fuente
reclamando su impostura.
Patios rococó, burgueses,
de palacios, monasterios,
casas de ricos, marqueses
casas de humildes plebeyos.
Patios abiertos, cerrados,
grandes pequeños, chiquitos,
sois de los enamorados
el escenario exquisito.
Mi cielo es, sin distinción,
un patio con una fuente,
con balcones a los laos,
tiestos en pared colgaos
de abril en su atardecer,
viendo que el agua al caer
se desliza suavente,
Y así, tendido en la hamaca,
tarareando una canción
a mi lado una mujer,
y un vino con la chamaca
que me regala el placer,
su sonrisa afrodisiaca.
Y allí hasta el cielo subir
¡qué más se puede pedir!
¡qué más se puede querer!