Nieva en mí
cuando las noches se me pasan sin dormir.
Es entonces cuando
todo cuanto sueño se abre al recuerdo.
Y ya no sé si sueño,
recuerdo o rezo.
Tras la ventana,
veo el silencio.
Escucho la farola que se enciende intermitente,
insistente, despiadada.
Cerrados, mis ojos
el amanecer presienten .
Y tiemblo.
No es frío, es miedo.
Miedo que tu respiración disipa,
... sin tú saberlo.