La ultima vez que entramos
en aquella triste habitación
lo hicimos tan furtivamente
ocultándonos de las miradas
como lo hacen las sombras
como lo hacen los amantes.
La ultima vez que salimos
de aquella triste habitación
la noche era casi tan triste
como lo son las despedidas
pero tenias que marcharte
sabia que no te detendrías.
Cuando todas las llamas
del orgullo se extingan
cuando el ultimo rastro
de amor lo perdamos
después del ultimo beso
digamos el final adiós.
solo hasta ese entonces
cuando tu bendito nombre
olvide como pronunciarlo
escribiré para ti un poema
sobre nosotros dos juntos
en aquella triste habitación.