Tuve un lúcido sueño y recuerdo que te besaba,
no olvido que tu mirada se desvanecía de pasión.
en mis sueños fuiste mi esclava, en tu amo me convertí,
y me entregaste tu cuerpo con amor y frenesí.
Cerraste tus bellos ojos y me abrazaste muy fuerte,
susurraste a mis oídos amor con trémula voz;
dejaste mi cuerpo exhausto y empapado de tu aroma,
y cuando abrí los ojos, ya no estabas en mi alcoba.
Alberto Morales Ureña