Beatriz Blanca

UNA HISTORIA UN ENCUENTRO

Quisiera entibiar con mi calor, las historias que nos llenaron de llagas los dìas y las noches,

porque los dos arribamos maltrechos a este encuentro.

Estaremos juntos un minuto; un año o un siglo; eso no importa; solo deseo que podamos recrear el universo, con esta emociòn que crece para adentro

Por un momento fui primavera floreciendo.Me tomaste entre tus brazos..., tu ternura fue una tibia brisa que barriò las hojas secas de mi otoño. Esto fue tan intenso, tan mio,tan tuyo; que nos diò dicha y cielo al mismo tiempo. Quisiera guardar un poco de èsto que me das para reenviartelo; con un soplo gigante; directo al corazòn.

Soy un huerto empecinado en florecer a pesar de haber sufrido; porque en mi vida recibì tan poco, con tantos vacìos y tantas distancias, que me fui   marchitando en cuerpo y alma. Mas siento que aùn hay algo que me hace vibrar, con misteriosa fragancia. A tu lado hasta el mas secreto rincòn de mi cuerpo se estremece y de mi nacen ahora las estrellas.

Por eso cuando me miro en el espejo veo las làgrimas mezcladas con las arrugas y las canas que me dicen que es muy tarde; y me duele porque aùn siento que puedo ser tomada entre los brazos y hundir mi cabeza en tu pecho apasionado.

¿Creìste què me iba a quedar serena? ya no soy una niña asustada. Me vestirè con mis mejores galas y abrirè las puertas  a la aventura, recorrerè las calles y las plazas anunciando la dicha que me ofreces. Mientras dure, vamos a alcanzar la eternidad; me sentirè pequeña, como una mariposa que aletea sus sueños surcando los cielos; floreciendole a la ausencia, al olvido, al adiòs. Mientras de flor en flor, de rama en rama polinizarè la vida.

Serà una fiesta; yo se que no soy joven; porque me inventarè fantasìas con propiedades màgicas para depositarlas en tì, como mi mejor regalo. Serà un sìmbolo, de todas mis pasiones y todas mis sensaciones. Como mujer que  soy quiero respirar tus besos, acariciar tus manos, estrecharme con tu cuerpo, anhelando ese temblor que viene desde adentro y nos empuja hasta el universo.

Y las raìces de lo que sembraste seguiràn brotàndole al calor que me regalaste, porque abrigò mi frìo.

No importa cuanto dure nuestro encuentro; porque el haberte conocido, gratifìca y justifica, haber nacido.