Camino a tu lado silenciando el tiempo,
recorro tus pasos infinitos,
veo tu mirada acuosa al final del rio,
veo tu caminar lento en tu Palermo querido.
Ruge en cada esquina, cada verso, cada deseo,
rima el canto de las aves
que tan agudos para ti fueron.
Creo poder divisar tu aurora
en la mitad de tu adorada pampa,
veo tu mirada turbia ahogarse
en el profundo cielo bonaerense.
De esta ciudad de libros
hiciste dueños
a mis ojos tu luz.