Volver... no con la frente marchita.
Tratando de superar
con entereza y firmeza,
las angustias del alma.
Quisiera dejar para siempre
esta melancolía que existe en mí,
alma de mi alma.
Alma presente, alma ausente.
Resigno mi auténtico sentir,
imposible de poder concretar.
El estar de acuerdo en los sentimientos
más ínfimos o más profundos,
cuesta, no se llega a la total
comprensión del que clama
y la otra parte,
la que no otorga.
No hay que obligar sentimientos.
Sólo se brindan, cuando se sienten.
Eso está bueno.
Eso es lo que yo tengo
que aprender a aceptar.
He permanecido en silencio.
Nada más tenía para decir.
No he tenido inspiración.
Pasaron los días, y mi alma
nada sentía.
He estado pensativo...
sin pensar.
Traté de cambiar, no lo lograba.
Es la segunda vez que me sucede.
Y posiblemente se ha de agregar
alguna más... cuándo, no sé...
ojalá así no ocurra.
Me he sentido vacío de sentimientos.
Ni yo mismo he podido creerlo.
¡Vacío yo de sentimientos!...
Un absurdo, pero eso me sucedió.
Algo me faltaba... volver...
no lo hacía porque no tenía palabras.
Silenciosa mi alma se ha encontrado...
Existe un ave en casa.
Es un canario, tiene más
de cuatro años.
Martes lo he bautizado.
Ese ha sido el día que entró
a mi hogar, y le di ese nombre.
Martes... llegó a casa
el 26 de mayo de 2009.
Desde enero de este año
no cantaba, sólo piaba
de vez en cuando.
Estaba en época de desplume.
Debido a eso su silencio.
Es la primera vez que está
tanto tiempo recuperando
su nuevo plumaje.
Hoy puse en un canal
de televisión música.
Comencé escuchando tangos,
música clásica, y por último,
salsa. Me sentía mejor anímicamente.
Aconteció algo.
Martes comenzó a cantar.
Qué alegría escucharlo.
Martes dejó su silencio,
y comenzó a hablar con su canto.
Y créelo, su voz, me convirtió.
Pasé de ser un hombre silencioso,
a uno que sentí la necesidad
de volver a escribir...
sintiendo en mi alma, nuevamente,
la necesidad de dejar a un lado el silencio,
y volver a cantar lo que siente mi alma.
Me decía a mí mismo,
un canario cantando,
después de tantos meses sin hacerlo.
Y yo, un hombre, un ser, un viviente humano,
permaneciendo en silencio.
No, no puede ser...
Debo nuevamente comenzar
a cantar.
Y aquí estoy, nuevamente,
tratando de transmitir
lo que mi alma siente...
Volver, estar nuevamente aquí,
con los que me acepten,
con mis amigos de siempre,
con los presentes...
aunque existan algunos
que sean indiferentes.
Ya éstos han de dejar de importarme,
me refiero a sus ausencias,
he de aceptarlas,
así como acepto la vida.
La que todos tenemos...
con momentos buenos,
y los no muy...
Así es la vida,
y todos debemos aceptarla.
Una vez más,
me anoto en esta aceptación...
Volver... para colmar mi alma
de una eterna felicidad,
aunque en mis poemas
haya tristeza,angustia, soledad, drama,
tragedia, también existirá
la dicha de vivir, la alegría
de compartir mis textos,
con mis pares,
los que siempre llevo en mi alma...
Derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto -31/10/2013)