Caminando por la quinta avenida
de una ciudad cualquiera
un hueco en una sonrisa encontré
una sonrisa sincera y convencida
que entre ese par de dientes
cabe toda una vida
Acomoda entre sus labios la armónica
y le arranca sonatas al sol
revolotea un jilguero en su mano
y el cielo en su mirada escampó
Las rotas alas de un sombrero
van arrastrando una suplica
por la acera de aquella avenida
una moneda que traiga comida
una limosna por el amor de Dios
Unos pasas y le miran
otros elevan su rostro al pasar
pero todos se llevan su tonada
entre labios tarareando su canción
La tarde llega siempre
por ese mismo camino
a buscar a su viejo amigo
del hueco en la sonrisa
que como siempre ha entregado
hasta su camisa
para cobijar a otro del sol
hoy el frio le abraza en el portal
donde la dulce armónica
sigue siempre invitando a soñar
Se desvela la noche a su diestra
el insomnio le va a acompañar
hoy no consiguió su moneda
hoy no tuvo tiempo de cenar
pero mantiene en el aire la tonada
a la espera de una nueva mañana
que quizá no le despertará
pero por el hueco de su sonrisa
sale la dulce melodía
que nos invita a todos a soñar
Me acerqué a darle una moneda
y a su lado para siempre quedé
vi la vida fluir por sus ojos
y en sus manos dos alas de mar
de sus labios el soplo de vida
que en edenes me hizo soñar
olvidando la estúpida vida
me quedé a su lado a soñar
me miro y me dijo enseguida
guarda ya tu sucio monedero
hoy trajiste a mi vida compañía
que más puede un hombre esperar
Le dije me diste alegría
replicó esa ya la traías
yo solo he tocada una vieja canción